El ex tenista Juan Martín del Potro relató los padecimientos físicos que sufre debido a las lesiones que tuvo en su rodilla y dijo que aguarda que “al menos por 2 o 3 horitas” pueda “tener un poco de paz” en su pierna y “disfrutar” desde adentro de una cancha de tenis “por última vez” para poder devolverle a la gente el cariño que le brindó durante los años que jugó.
“Al menos por 2 o 3 horitas espero poder tener un poco de paz en mi pierna y disfrutar algo adentro de una cancha de tenis por última vez sería muy bonito, poder devolverles desde adentro y junto a Novak (Djokovic) un lindo momento a tanto amor y cariño”, expresó en un video que difundió en su Instagram para promocionar el partido de exhibición que jugará el 1° de diciembre en el Parque Roca, de Buenos Aires, con el serbio.
Del Potro arrancó contando: “Cuando juego el último partido con Delbonis, la gente esto no lo supo y nunca lo conté, al día siguiente me tomé un avión a suiza y me volví a operar la rodilla fue mi quinta cirugía. A partir de ahí nunca mas hice públicas mis cirugías porque, cuando en la conferencia previa al partido con Federico yo digo probablemente que era mi último partido, ahí encontré un poco de paz y corté con algo que me pasaba constantemente cuando me decían ´cuando volvés a jugar´ o ´cuando te veo de nuevo en una cancha´ y yo no podía más del dolor de piernas”.
“Dije ´esto tengo que hacerlo en secreto y, si llega a funcionar, hago un anuncio de que vuelvo realmente´. Me fui a Suiza, estuve dos meses encerrado en un pueblo cerca de Basilea me operaron, hice rehabilitación y no funcionó. A los 2 meses y medio me dicen que me volvían a operar, fue la sexta. Me fui a Estados Unidos a seguir rehabilitando y, entre cirugía y cirugía, probaba tratamientos. Debo tener más de 100 inyecciones en las piernas, caderas y espalda. Me infiltraron, me sacaron tendones, me quemaron nervios, un sufrimiento diario», comentó.
Asimismo, continuó: “Después de la primera cirugía, el médico que en tres meses volvía a jugar, entonces me anoté en Estocolmo, Basilea y París porque me dijo que llegaba bien con los tiempos para jugar y, hasta el día de hoy, nunca más pude subir una escalera sin dolor. Me duele muchas veces para dormir, me pegan pinchazos que son muy feos. Viene siendo como una pesadilla sin final, a diario sigo insistiendo en buscar una solución y buscando médicos y alternativas y todavía no la encuentro”.