La institución vive por estar horas una batería de denuncias por parte de alumnos y familiares. Primero fue pública la denuncia por abuso y ahora se suma otra por bullying.

La familia de un joven de 13 años informó sobre una situación que derivó en el alejamiento de un chico de la institución, cansado y agobiado por el acoso escolar que sufría.
Hubo denuncias por falta de respuestas por parte del colegio privado y denuncias en el INADI por lo vivido dentro de la escuela.
De acuerdo al relato de un familiar, el alumno tenía 13 años y sufría constantemente el acoso por parte de sus compañeros. Lo acosaban por el hecho de ser bailarín clásico. Hubo insultos, agresiones verbales varías y un constante acoso que derivó en una atención psicológica y el pedido de cambio de escuela.
Florencia Suano, hermana del joven se animó a informar lo que sucedió en la institución que se manejó de forma privada.
Suano contó en declaraciones a El Chorrillero, que en noviembre de 2021, su hermano llegó un día a su casa llorando, pidiendo ir a la psicóloga y su familia no entendía por qué.
“Le buscamos una psicóloga particular y, en diciembre que el colegio estaba cerrado, la profesional le comenta a mi mamá que mi hermano había sufrido bullying”, recordó.
Según explicó, el hermano mayor de la familia se entrevistó con las autoridades para informarles lo que estaba sucediendo y para solicitarles además que intervinieran. La respuesta fue contundente. Le pidieron que solucionara el tema con los abogados de la escuela.
Cuando la familia fue a buscar el analítico para cambiarlo de institución, los recibió la rectora. “Nos dio a entender que mi hermano era un mentiroso”, recordó sobre ese momento.
“Ellos dicen que no sabían y no puede ser porque nosotros tenemos la prueba del chat de mi mamá con la preceptora, en el que ella misma dice que le va a avisar a los directivos. Además, ella le dijo a mi mamá que mande todo por mail y esa es otra de las pruebas que presentamos al Inadi”, añadió Suano.
“Mi hermano nunca habló de su situación porque nunca se sintió acompañado por el colegio. Las mismas compañeras le habían contado al preceptor del curso de ese momento que se estaban burlando de él y no hizo absolutamente nada, ni decirle algo al agresor o siquiera avisarnos a nosotros”, puntualizó.