El impacto del Decreto 682/2025 impulsó una liquidación récord, con un crecimiento del 187% interanual y del 291% respecto a agosto. El ingreso de divisas ya supera en un 35% al acumulado de 2024.
La Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (CIARA) y el Centro de Exportadores de Cereales (CEC), entidades que representan cerca del 48% de las exportaciones del país, informaron que durante septiembre de 2025 las empresas del sector liquidaron un total de US$ 7.107 millones, marcando así un mes récord para el complejo agroexportador.
La cifra representa un aumento del 187% en comparación con septiembre de 2024 y un salto del 291% respecto a agosto de este año. Con este fuerte desempeño, el acumulado anual ya supera en un 35% lo registrado entre enero y septiembre del año pasado.
El efecto del Decreto 682/2025
Este notable ingreso de divisas se vio directamente impulsado por el Decreto 682/2025, que estableció una suspensión temporal de los derechos de exportación (retenciones) para el complejo cerealero-oleaginoso. La medida estará vigente hasta el 31 de octubre de este año o hasta que se alcancen los US$ 7.000 millones en registros de contratos de exportación, a través de las Declaraciones Juradas de Ventas al Exterior (DJVEs).
Además, la normativa obliga a las empresas a ingresar el 90% del valor de cada contrato en un plazo máximo de tres días hábiles, lo que aceleró de manera significativa los tiempos de liquidación.
Según CIARA y CEC, esta dinámica permitió mantener una fuerte demanda de granos a los productores locales, asegurando operaciones «al mejor precio posible» para el sector primario.
Señales para la macroeconomía
Este ingreso masivo de dólares representa un alivio parcial en un contexto macroeconómico desafiante para la Argentina. Las reservas del Banco Central podrían verse beneficiadas en el corto plazo, mientras el Gobierno monitorea de cerca el cumplimiento del techo de US$ 7.000 millones estipulado en el decreto.
El agro, una vez más, muestra su peso estratégico en la generación de divisas, al tiempo que surgen interrogantes sobre la sostenibilidad de este tipo de incentivos fiscales y su impacto en la recaudación tributaria a mediano plazo.
