Por Guillermo Carabias

En política, la comunicación es una herramienta esencial para gobernar con éxito. Gobernar es comunicar, y aquellos líderes que saben cómo comunicar de manera efectiva tienen una ventaja significativa sobre aquellos que no lo hacen.
Por lo mismo, la pérdida de credibilidad y apoyo que ha sufrido el Presidente Fernández en su mandato tiene un correlato en errores y debilidades de la comunicación gubernamental.
Algunos de esos errores golpearon la credibilidad de la comunicación del Gobierno, otros lo terminaron dejando sin un relato claro, herramienta esencial para darle un marco comunicacional y una épica a su administración.
Hay errores que tienen su origen en la ineptitud o el excesivo engreimiento por parte de las autoridades. Hay errores que se originan en los cambios bruscos de opinión, sobre todo aquellos que no se explican. El propio Presidente en todo su mandato ha sufrido críticas por los constantes cambios de opinión frente a diversos temas, de Estado.
Es verdad que el pragmatismo y la flexibilidad son cualidades valoradas en un liderazgo político, pero en este caso han contribuido a una sostenida pérdida de credibilidad presidencial, poniendo en duda una de las fortalezas más reconocida en su trayectoria política.
Hay, también, errores políticos que terminan dañando el corazón de la comunicación del Gobierno, como lo es su relato. En política, el relato es fundamental. Es la historia que permite darle sentido y contexto a los ciudadanos respecto de las acciones y decisiones de un gobierno, en este caso fue el propio Presidente quien desplego un relato que vinculó la suerte del Gobierno al resultado del electoral.
Repitiendo insistentemente que el que tenía la culpa siempre es la anterior gestión y dejando al Gobierno sin relato y con muchos problemas internos y con muchísimos problema socio – económicos.
En los últimos días el Presidente hasta tuvo que declinar su efímera aspiración a renovar su cargo. Por ahora es difícil saber si es este o no un nuevo relato para su gobierno, con sentido estratégico o solo algo táctico que le permita explicar esta una decisión tan postergada. Eso solo lo sabe el Presidente, todo en la víspera de unas elecciones que ponen al FdT en alerta camino a las urnas.

Por Guillermo Carabias
– Diplomado en Comunicación Política – Universidad Austral –