Cuna del Jet-Set: así es Mónaco, el circuito más difícil y exclusivo del mundo

Como cada año a fines de mayo, las pequeñas calles del principado de Mónaco se visten de gala para recibir a la Fórmula 1 en un circuito callejero que está considerado como el más exigente del mundo y que además es la cuna del Jet-Set internacional.

Con vistas al Mar mediterráneo, rodeado por yates de lujo, joyerías históricas y suntuosos hoteles cinco estrellas, el Gran Premio de Mónaco de F1 es mucho más que una simple carrera: se ha convertido en un evento social, cultural y deportivo vibrante, donde el lujo se combina con la precisión quirúrgica que exige uno de los trazados más difíciles del mundo.

El GP de Mónaco es glamour a toda velocidad: por su paddock han pasado los mejores pilotos del mundo y también personalidades destacadas como Grace Kelly, Leonardo DiCaprio, Brad Pitt, Serena Williams, Cristiano Ronaldo, David Beckham e incluso miembros de la realeza europea.

Más allá de la carrera, el Gran Premio de Mónaco es un evento que moviliza a toda la ciudad. Los balcones se alquilan por cifras astronómicas para ver a los autos de F1 de cerca, los yates ofrecen fiestas privadas con DJs de fama mundial, y las marcas de lujo aprovechan para cantar presente en uno de los eventos más exclusivos del mundo.

En lo que respecta a la geografía, Mónaco tiene una superficie de 2 kilómetros cuadrados y es el segundo país más pequeño del planeta, pero es uno de los más densamente poblados y ricos. Está considerado como un paraíso fiscal y es gobernado hace más de 700 años por la dinastía Grimaldi, una de las casas reales más antiguas de Europa.

De hecho Alberto II, actual príncipe soberano de Mónaco desde 2005, es el encargado de entregar el trofeo de ganador al piloto que se impone el domingo en la carrera de Fórmula 1 y luego recibe al vencedor en una cena de gala a la que se debe concurrir de etiqueta.

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