En 2020, el joven de 18 años recibió una golpiza mortal a la salida de un boliche. La noticia impactó de lleno en la sociedad argentina. Este 2 de enero comenzará en Dolores el debate por el homicidio en el que están acusados 8 rugbiers que podrían recibir prisión perpetua.

A Fernando lo mataron a golpes, sin piedad.

La madrugada del 18 de enero de 2020, Fernando Báez Sosa salió a bailar con sus amigos y su novia al boliche Le Brique, en Villa Gesell. Allí todo transcurría con normalidad, hasta que tuvo un encontronazo con un grupo de rugbiers. Parecía que la situación terminaba en ese lugar, pero la patota lo esperó afuera de la discoteca y lo asesinó a golpes.

Según se sabe, en un momento de la noche, los patovicas sacaron a Fernando después de que intentara defender a su amigo Julián García, que tuvo un altercado un grupo de jóvenes. La situación comenzó cuando uno de los amigos del joven rozó a uno de los rugbiers sin querer. Sin vueltas, la seguridad del local bailable echó a los dos bandos.

Los ocho imputados por el homicidio

Báez Sosa se quedó enfrente del boliche junto a otros compañeros, a la espera de que saliera el resto del grupo. Pocos minutos después, dos rugbiers (Enzo Comelli y Ciro Pertossi) vieron a Fernando. Ambos les avisaron al resto de la banda y todos fueron directo para atacarlo por la espalda. Eran diez, pero, según la fiscalía que investiga el hecho, solo ocho participaron del homicidio.

El ataque a Báez Sosa duró menos de dos minutos, pero fue suficiente para acabar con su vida. De acuerdo a la hipótesis que se manejó desde el comienzo de la investigación, hubo una división de tareas para cometer el homicidio: algunos golpearon a Fernando y otros evitaron cualquier tipo de socorro.

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